- Pese a su enorme impacto, la pandemia de la COVID-19 apenas ha alterado las poderosas tendencias estructurales que espolean el crecimiento de los mercados emergentes. Esperamos que estas tendencias cobren aún más impulso el próximo año.
- Habida cuenta del propicio entorno macroeconómico y la promesa de una distribución generalizada de las vacunas en 2021, creemos que la tendencia principal a largo plazo que determinará la evolución de los mercados emergentes se impondrá como nunca antes.
- Detectamos significativas oportunidades en los sectores de consumo discrecional, tecnologías de la información y servicios de comunicación, que exhiben un interesante potencial de crecimiento a escala mundial conforme las firmas desarrollan productos y servicios para satisfacer las cambiantes preferencias de los consumidores..
- Identificamos cada vez más compañías que se ajustan a nuestro estilo de inversión de «crecimiento de calidad», que cuentan con equipos directivos competentes que adoptan decisiones favorables para los inversores y que disponen de capacidad para financiar internamente el crecimiento al tiempo que aumentan sus rentabilidades sobre el capital invertido.
A pesar de su enorme impacto en la salud y el bienestar, la pandemia de la COVID-19 apenas ha alterado las poderosas tendencias
estructurales que espolean el crecimiento de los mercados emergentes (ME). Esperamos que estas tendencias cobren aún más
impulso el próximo año y que los ME sigan representando el principal motor del crecimiento económico mundial.
En este comienzo de 2021, el entorno macroeconómico resulta sumamente
propicio. Algunas economías importantes, en concreto China y Corea del Sur,
fueron las primeras en verse afectadas por la pandemia. No obstante, gracias
a su contundente respuesta para controlar los contagios, han experimentado
una sólida recuperación y ahora se encuentran bien posicionadas para
prolongar el rebote. De manera más general, los ME se están viendo
favorecidos por la oleada mundial de recortes de tipos de interés e
inyecciones de liquidez. Además, disponen de mayor margen de maniobra que
los mercados desarrollados para adoptar nuevos estímulos, dado que sus
tipos de interés reales se sitúan en niveles más elevados.
Debido al favorable entorno macroeconómico y la promesa de una distribución
generalizada de las vacunas contra la COVID-19 durante 2021, creemos que
la tendencia principal a largo plazo que determinará la evolución de los ME
(será la transición desde un crecimiento impulsado por las exportaciones
hacia un modelo económico basado en una pujante demanda interna), que se
impondrá más que nunca.
Esto queda perfectamente ilustrado en el desplazamiento del centro de
gravedad de la clase media mundial. En octubre, la Institución Brookings con
sede en Washington señaló que el mundo no había asistido nunca a una
expansión de la clase media tan rápida como la que está experimentado
China,1y añadió que esto está teniendo lugar «en un periodo en el que la
clase media mundial ya se está expandiendo a un ritmo sin precedentes,
gracias en parte a algunos de sus vecinos, como la India». En su informe,
la institución prevé que la clase media china estará conformada por 1.200
millones de ciudadanos de aquí a 2027, lo que representa una cuarta parte
del total mundial. A modo de comparación, en la década de 1950 más del
90% de la clase media mundial se concentraba en Europa y Norteamérica.
Esta continua evolución alentará una sólida demanda de bienes y servicios
a escala nacional, que será atendida en gran medida por las compañías
nacionales de rápido crecimiento. En nuestra opinión, determinados temas
como la penetración de los servicios de pago digitales, la innovación digital y
el comercio electrónico, la profundización del sistema financiero y el desarrollo
medioambiental (todos ellos reforzados por los efectos de la pandemia)
ofrecerán abundantes oportunidades de inversión durante el próximo año
y más allá.
Con un favorable entorno macroeconómico y la promesa de la vacunas contra la COVID-19, creemos que la tendencia principal que determinará la evolución de los ME será la transición desde un crecimiento impulsado por las exportaciones hacia un modelo económico basado en una pujante demanda interna
Con el fin de aprovechar estas oportunidades, seguiremos centrándonos en
las compañías de los ME que atienden la demanda nacional. Detectamos
significativas oportunidades en los sectores de consumo discrecional,
tecnologías de la información y servicios de comunicación, que exhiben un
interesante potencial de crecimiento a escala mundial conforme las firmas
desarrollan productos y servicios para satisfacer las cambiantes preferencias
de los consumidores.
La atención sanitaria es otro sector que ha registrado una aceleración durante
la pandemia. Dado que el gasto sanitario en China solo representa el 5%
del PIB, lo que contrasta con el 17% en Estados Unidos,2 resulta claro hacia
dónde tenderá el sector. Los ciudadanos chinos son cada vez más viejos,
más ricos y más propensos a caer enfermos. Las reformas adoptadas por
el gigante asiático han sido el principal catalizador del sector, y la adhesión
al Consejo Internacional de Armonización de los Requisitos Técnicos para el
Registro de Medicamentos de Uso Humano (ICH)3 contribuirá a la integración
del proceso clínico de China y el cumplimiento de las normas internacionales.
Desde entonces, los plazos de aprobación y reembolso de fármacos han
descendido drásticamente.4 El mercado ha registrado una apertura y
existe ahora tanto la demanda como la capacidad para atenderla. No nos
sorprendería si el sector de atención sanitaria duplica su tamaño en los
próximos años.
Muchos inversores siguen estando asignados a la baja en los ME, pero este activo resulta cada vez más convincente ya que un número creciente de compañías cumple con nuestro estilo de inversión de “crecimiento de calidad”
Por otro lado, existen focos de crecimiento en los valores financieros gracias a
la innovación digital. Por ejemplo, en Brasil, unos tipos de interés en mínimos
históricos5están alentando la inversión en renta variable y están creando
oportunidades. Conforme la desregulación financiera, la reforma estructural
y la adopción tecnológica siguen su curso, anticipamos que determinados
segmentos, como el corretaje y los pagos digitales, ofrecerán mayores
perspectivas de un vigoroso crecimiento. Además, aunque la pandemia ha
ralentizado en cierto modo el programa de reformas en los ME, la tendencia
a largo plazo se mantiene intacta. En efecto, constatamos que algunos
países, como Brasil, Indonesia, India y China, siguen realizando avances en
importantes reformas.
Muchos inversores siguen realizando una asignación insuficiente a los ME,
pero los argumentos a favor de la inversión en esta clase de activos resultan
cada vez más convincentes. Identificamos cada vez más compañías que
se ajustan a nuestro estilo de inversión de «crecimiento de calidad»,
que cuentan con equipos directivos competentes que adoptan decisiones
favorables para los inversores y que disponen de capacidad para financiar
internamente el crecimiento al tiempo que aumentan sus rentabilidades
sobre el capital invertido.
En nuestra opinión, esta clase de activos ofrece ventajas de crecimiento
y diversificación interesantes, y estamos convencidos de que el año 2021
proporcionará atractivas oportunidades para aumentar la exposición.