Falta menos de una década para que concluya el plazo de 2030 que muchas compañías se autoimpusieron para lograr la neutralidad de carbono. Asimismo, el plazo de 2050 que numerosos países se fijaron para conseguir ese mismo objetivo ya se vislumbra en el horizonte. La consecución de estas metas exigirá avanzar a pasos agigantados. Pero, ¿cómo?
Gráfico 1: Demanda de combustible de aviación y demanda de petróleo por país

Fuente: BloombergNEF, 2020
Si la demanda se mantiene, convendría, sin lugar a dudas, buscar otras maneras de propulsar los aviones. Esto pone el foco en los combustibles alternativos, como el hidrógeno, los combustibles de aviación sostenibles o la electricidad. Los aviones eléctricos podrían ver la luz dentro de 25-30 años. Ahora bien, cabe recordar que todavía no tenemos ni suficientes infraestructuras para recargar los vehículos en las carreteras ni baterías con una autonomía suficientemente larga, por lo que la idea de los aviones eléctricos aún queda lejos. El hidrógeno ofrece perspectivas interesantes, aunque, al igual que la electricidad, su funcionamiento requiere infraestructuras y tecnologías completamente nuevas, tanto a nivel de las aeronaves como en los aeropuertos. Pese al interés de los inversores por soluciones como el hidrógeno y la electricidad, el foco se centra actualmente en los combustibles de aviación sostenibles.
Directamente en el tanque
En nuestra opinión, una diferencia importante entre las aerolíneas y los coches radica en la enorme cantidad de capital inmovilizado en los aviones existentes: se trata de activos que son viables durante los próximos 20-30 años y su sustitución sería simplemente prohibitiva. Además, todavía no existe ninguna tecnología que permita el funcionamiento de los aviones con diferentes combustibles, de ahí que haya que encontrar algo que pueda ir directamente en el tanque. Como los combustibles de aviación sostenibles. Estos combustibles se producen a partir de los residuos con destino al vertedero, como el aceite de cocina usado y las grasas animales desechadas, que se mezclan con combustibles fósiles existentes.
Tamaño del mercado y penetración
A nuestro parecer, la aviación sostenible representa la única manera de reducir las emisiones del sector a medio plazo y serviría de puente hasta que las tecnologías, como el hidrógeno y los aviones eléctricos, ofrezcan una alternativa dentro de algunas décadas. Esto genera un mercado gigantesco.
Mandatos
Además del apoyo gubernamental, el desarrollo de los combustibles de aviación sostenibles precisa del empuje de los consumidores finales. Los pasajeros y las compañías, presionadas por unos inversores cada vez más conscientes de los asuntos ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo), pueden obligar a las compañías aéreas a reducir su huella de carbono y aceptarán subidas de precios temporales vinculadas a los costes. Se estima que una mezcla del 2% para un vuelo de tres horas supondría un coste de 2 USD por pasajero16.
Oportunidades para los inversores
Para establecer una analogía con la aviación: los combustibles de aviación sostenibles realizan maniobras en las calles de rodaje, pero si añadiéramos la tecnología, una apropiada voluntad política, la presión de los accionistas y la imposición de mandatos estarían listos para el despegue.