- El mundo será muy diferente en 2021. El próximo año asistiremos al final del Brexit, habrá un nuevo presidente en la Casa Blanca y se distribuirán entre la población las vacunas contra la COVID-19. Así pues, aunque todavía soplarán vientos en contra procedentes de 2020, existen motivos para el optimismo. Prevemos un importante repunte de los beneficios corporativos, que se vieron vapuleados durante la pandemia, así como un respaldo en forma de estímulos fiscales, una buena disponibilidad de capital y la recuperación de las compañías y los consumidores.
- Europa cuenta con una enorme lista de sólidas compañías, que disponen de robustas franquicias, son competitivas a escala mundial y atesoran una gran capacidad de fijación de precios, así como competentes equipos directivos. Los beneficios repuntarán, y los supervivientes que fueron objeto de ventas masivas en 2020 se recuperarán. Ahora bien, algunas firmas no sobrevivirán o saldrán renqueantes de la crisis. Habrá ganadores y perdedores, por lo que la generación de rentabilidad dependerá, como siempre, de la selección de valores.
- El Brexit podría provocar turbulencias en el sector corporativo tanto de Europa como del Reino Unido. No obstante, la complejidad de las cadenas de suministro y las operaciones significa que la amenaza de perturbaciones sigue acechando.
- Joe Biden podría establecer una agenda mundial común en 2021 con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y con una nueva actitud de Estados Unidos con respecto al cambio climático. Esto, junto con el recién anuncio de China de reducir a cero sus emisiones netas de carbono de aquí a 2060, podría augurar una política mundial unificada, lo cual es indispensable para revaluar el posicionamiento ambiental a escala internacional.
Existen varios motivos para mostrarse optimistas en 2021. Descartamos una recuperación en forma de «U». La letra que se impondrá
en 2021 será la «V», de «vacuna». Nuestro escenario central sugiere un despliegue de las vacunas en todo el continente europeo a
principios de 2021, lo que permitirá a las compañías y a los consumidores reanudar una actividad «normal». Y, aunque se registren
demoras o se impongan nuevos confinamientos, el impacto económico de la COVID-19 debería reducirse de forma sustancial en 2021.
Prevemos un importante repunte de los beneficios corporativos, que se vieron
vapuleados durante la pandemia, así como un respaldo en forma de estímulos
fiscales en toda Europa, inyecciones de liquidez por parte de los bancos
centrales y la recuperación de las compañías y los consumidores.
El desempleo aumentará a buen seguro, pero muchos de los consumidores
europeos que han mantenido sus puestos de trabajo han venido ampliando
sus reservas de efectivo: en el segundo trimestre de 2020, la tasa de ahorro
de los hogares en la zona euro marcó un máximo histórico del 24,6%.1 La Unión Europea ha acordado un paquete de estímulos por valor de
750.000 millones de EUR2 para combatir la pandemia, mientras que a lo largo de 2021 deberían seguir presentes las medidas de expansión cuantitativa
y unos tipos de interés en mínimos históricos por parte del Banco Central
Europeo, el Banco de Inglaterra y otros bancos centrales de Europa.
Muchas compañías europeas han recortado costes y han mejorado las
eficiencias operativas tras el estallido de la COVID-19. Así pues, nuestro
escenario central aboga por que la renta variable europea se mantendrá
bien respaldada. Ahora bien, prevemos que algunas firmas no sobrevivirán
o saldrán renqueantes de la crisis. Habrá ganadores y perdedores, por lo
que la generación de rentabilidad dependerá, como siempre, de la selección
de valores.
En nuestra opinión, los ganadores europeos en 2021 se dividirán en dos
categorías. La primera estará formada por compañías competitivas a escala
internacional que cuentan con robustas franquicias, competentes equipos
directivos y un excelente poder de fijación de precios; a menudo, los modelos
de negocio de estas compañías blindaron los beneficios de las turbulencias
de 2020 e incluso (en los sectores de atención sanitaria y tecnología,
por ejemplo) permitieron a las compañías aprovecharse en cierto modo de
la «nueva normalidad».
Existirán ganadores y perdedores en el mercado europeo de renta variable, y la generación de rentabilidad dependerá, como siempre, de la selección de valores
En la segunda categoría se incluyen las compañías que sí acusaron un
descenso de los beneficios y cuyas cotizaciones se vieron ferozmente
vapuleadas: hacia finales de año, se hallaban fuertemente sobrevendidas
y algunas no merecían tan severo castigo. Prevemos que muchas de estas
firmas registrarán un sólido repunte de los beneficios en 2021. Conforme
nos acercamos al cierre de 2020, muchas compañías en Europa resultan
tan baratas que anticipamos una oleada de fusiones y adquisiciones.
Al igual que en 2020, la selección de valores revestirá una importancia
crucial y se beneficiará de los puntos fuertes de Columbia Threadneedle
Investments, donde las decisiones de inversión están respaldadas por
un amplio equipo de experimentados analistas sectoriales.
Además de las vacunas, otros dos temas determinarán la evolución de los
mercados europeos de renta variable en el arranque de 2021: Reino Unido
y la Unión Europea, y el impacto de la nueva presidencia estadounidense
de Joe Biden.
Las compañías británicas y europeas podrían afrontar perturbaciones
comerciales el próximo año como consecuencia de la reorganización de
las cadenas de suministro. No obstante, dada la buena voluntad de ambas
partes para allanar cualquier dificultad, prevemos que los problemas más
significativos acabarán siendo transitorios.
Entretanto, el presidente electo Joe Biden ya ha tenido un efecto positivo en
los mercados mundiales: los índices bursátiles se anotaron un fuerte avance
tras las elecciones estadounidenses y cuando se anunciaron los principales
nombramientos de su gabinete. El renovado impulso mundial contra el
cambio climático podría revelarse duradero, especialmente con la próxima
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y la promesa
de China de alcanzar la neutralidad de carbono de aquí a 2060.3 Esto supone
un buen augurio para las estrategias que adoptan criterios ambientales,
sociales y de gobierno corporativo (ASG).
Conforme nos acercamos al cierre de 2020, muchas compañías en Europa resultan tan baratas que anticipamos una oleada de fusiones y adquisiciones
2020 ha sido un año complicado para los inversores. Entre el nivel máximo y
el nivel mínimo (registrado en marzo, el punto álgido del pesimismo), el índice
Euro Stoxx 50 cedió casi un 40%.4 No obstante, conforme nos acercamos a
2021, el pesimismo se va desvaneciendo. Y esto significa que los inversores
en renta variable tienen posibilidades de cosechar ganancias.