Conforme el brote del virus continúa su expansión fuera de las fronteras de China, seguimos mostrando optimismo con respecto al país asiático y los mercados emergentes en general, y continuamos buscando activamente compañías de primera fila.
Nuestra opinión sobre el coronavirus no ha cambiado significativamente en el transcurso de las últimas semanas: nuestra prioridad ha sido vigilar la situación, hacer hincapié en nuestro proceso y volver a concentrar las decisiones en los valores específicos.
Dado que el virus se ha propagado mucho más allá de China, resulta difícil prever con exactitud el impacto económico y, al no pertenecer al ámbito médico, no atesoramos competencias en esa materia. Habida cuenta de las tasas de contagio, cuesta creer que no se registrará un número más significativo de casos; por suerte, la tasa de mortalidad es mucho más reducida que en el caso de otras enfermedades como el SARS, y nos alienta el menor ritmo de contagios que se está observando en China.
De algo podemos estar seguros: las repercusiones del coronavirus a corto plazo son claramente negativas y generan volatilidad en el mercado. A largo plazo, no creemos que los principales motores de la clase de activos se vean perjudicados. Prevemos turbulencias económicas, aunque probablemente se revelarán transitorias, con un repunte del crecimiento cuando se logre contener el virus, gracias al respaldo de las medidas de liquidez de los bancos centrales y la reducción de las tasas de contagio con el calor del verano.
No cabe duda de que tanto el consumo como la oferta se verán afectados. Aunque el consumo recibirá un duro golpe a corto plazo y una significativa proporción de la caída se perderá para siempre, el impacto será temporal y la tendencia se normalizará antes de que acabe el año. En cuanto a la oferta, se constata una grave escasez de componentes y, al igual que el consumo, la demanda de los consumidores caerá en saco roto y una parte de ese consumo acabará perdiéndose. Además, las compañías experimentarán seguramente un periodo de revisiones de beneficios a la baja, aunque, si son transitorias, el mercado ignorará las publicaciones de beneficios por debajo de las expectativas o unas menores previsiones de beneficios en cuanto la contención esté a la vista. Tanto los acontecimientos meteorológicos como los bancos centrales desempeñarán una importante función en los meses venideros. Al igual que la temporada de la gripe, las infecciones del SARS y del SROM se atenuaron con la llegada del calor, y el cálido clima de marzo y primeros de abril podría ayudar a limitar la propagación del virus actual.
Ante la mayor volatilidad y el menor el crecimiento mundial, anticipamos una inyección de liquidez en el sistema por parte de los bancos centrales de China y del resto del mundo. El Banco Popular de China ya ha anunciado que inyectará 1,2 billones de yuanes (173.000 millones de dólares) en los mercados y expresó su firme voluntad de utilizar herramientas de política monetaria para garantizar que las compañías afectadas por el virus dispongan de abundante liquidez.
Si bien prevemos que la volatilidad persistirá, las perspectivas sobre los mercados emergentes y China nos siguen inspirando confianza. Dicho esto, recogimos beneficios en China incluso antes del brote, dado el rápido aumento de algunas posiciones de la cartera en los dos últimos meses, ya que el perfil de riesgo-rentabilidad resultaba menos atractivo y las valoraciones se incrementaron. En esencia, nuestras carteras de mercados emergentes presentan una exposición mínima a los ámbitos que más sufrieron en episodios anteriores (p. ej., turismo, servicios de restauración, transporte y ventas minoristas). En los segmentos en los que tenemos cierta exposición, apostamos por las compañías de mayor calidad que disponen de herramientas para amortiguar el impacto del brote.
Dados los ajustes realizados a principios de año, seguimos contando con bastante «munición» para utilizarla cuando lo consideremos oportuno, y tratamos de buscar activamente compañías/franquicias de primera fila para adquirirlas con descuento. Entre los movimientos de la cartera efectuados la semana pasada cabe citar el refuerzo de Yandex, al albergar una firme convicción en su ecosistema y sus reducidos problemas de gobierno corporativo; la adopción de una posición en Samsung SDI, dada la visibilidad sobre su negocio de vehículos eléctricos, su penetración en el mercado y sus perspectivas sobre las televisiones OLED (el precio de la acción registró una considerable revalorización después de abrir nuestra posición inicial y aprovechamos la reciente volatilidad para reforzar la línea); el refuerzo de posiciones, como XP, Afya, MercadoLibre y Stone, con exposición a Brasil en las que, dado que nuestro énfasis en los objetivos de precios, sacamos partido de la volatilidad de los precios, en concreto del potencial alcista, para aumentar su tamaño; y la venta de KB Financial, dado que se activó nuestra norma de «stop-loss» y ya habíamos reducido nuestra convicción en la firma por la contracción del margen financiero (NIM), sus perspectivas de crecimiento de préstamos y la probable presión sobre la calidad de los activos.
En conclusión, aunque la propagación del coronavirus más allá de las fronteras chinas en los últimos días es motivo de preocupación, nuestras perspectivas a corto y medio plazo no han cambiado. Prevemos un impacto transitorio en el crecimiento a corto plazo, dadas las repercusiones en el consumo y la oferta. Sin embargo, no anticipamos una modificación de las tendencias a medio y largo plazo. Así pues, sacamos partido de la volatilidad, al tiempo que nos centramos en las valoraciones y los fundamentales de las compañías. Por consiguiente, los ajustes realizados en la última semana se han basado en la evolución de los valores concretos, cuando la volatilidad se ha traducido en unos perfiles de riesgo-rentabilidad favorables. Apostamos sobre seguro.