Tal y como era de esperar, la incertidumbre generada en torno al brote de COVID-19 ha propiciado la volatilidad y la debilitación de los mercados.
Tal y como era de esperar, la incertidumbre generada en torno al brote de COVID-19 ha propiciado la volatilidad y la debilitación de los mercados. Hay días en los que los movimientos del mercado son indiscriminados y todos los valores se precipitan de forma similar. Sin embargo, otros, los valores de mayor calidad superan el beneficio que cabría esperar. Mientras los mercados se desploman y tanto Gobiernos como bancos centrales intentan digerir el panorama actual, nuestras carteras parecen resistir, de momento. Las empresas cuyas actividades se están viendo afectadas (restaurantes, aerolíneas, etc.) se encuentran en una situación especialmente vulnerable. Por otro lado, la «guerra» del petróleo entre Arabia Saudí, Rusia y los Estados Unidos ha debilitado de manera significativa el precio del crudo, lo que significa que el sector energético también está sufriendo las consecuencias.
Desde finales de febrero, las negociaciones se han limitado bastante, por lo que nos hemos dedicado fundamentalmente a mantener el statu quo. No ha habido que lamentar problemas reseñables de liquidez y se han podido satisfacer todos los requisitos de los clientes (a día de hoy, no nos planteamos, por ejemplo, restringir o limitar los reembolsos en ninguno de nuestros fondos de renta variable europea). En cuanto a la estrategia relativa a pequeñas empresas, hemos reducido posiciones para aquellas cuyos valores han registrado un buen rendimiento en términos relativos, ya que han superado nuestro límite de exposición del 3% a cualquier valor. Asimismo, hemos reducido algunos de los títulos de mayor capitalización; por ejemplo, Takeaway.com es ahora una gran empresa tras su fusión con Just Eat; fundamentalmente, para financiar las operaciones de salida.
Seguimos pensando que, a largo plazo, los efectos deberían favorecer nuestro estilo de inversión en líneas generales y que, tras cierta crisis a corto plazo, podrá iniciarse un proceso de recuperación. Se prevé que, por ejemplo, los fondos de valor que inviertan en títulos de entidades bancarias atraviesen momentos difíciles, ya que los tipos de interés, la inflación y el crecimiento seguirán a niveles muy bajos. En su lugar, en tiempos de recesión es preferible mantener títulos de modelos de negocio sólidos y fuertes, tal y como estamos haciendo. Incluso nuestros valores cíclicos ganarán cuota de mercado, ya que son lo suficientemente fuertes como para capear este temporal y ganar cuota de mercado a medida que la competencia desaparece. Por lo general, en el mercado actual es preferible mantener cierta inactividad si se está bien posicionado al inicio de la fase: un mercado volátil se traduce en bajos volúmenes de negociación, lo que significa que es caro operar en él, por lo que se malgastaría el dinero de los clientes al negociar con precios equivocados y al pagar grandes cantidades en costes de transacción.