Estados Unidos registró en 2020 una de las peores temporadas de incendios forestales que se
recuerdan. En California, ardieron más de millón y medio de hectáreas, una cifra sin
precedentes que multiplicó por dos el anterior récord observado en 20181. En el transcurso de la
paralización de la actividad derivada de la pandemia, Norteamérica fue la única región del
mundo en que se incrementaron los niveles de polución, un hecho que se debió casi
exclusivamente al humo generado por estos incendios.
Aunque los incendios forestales siempre han formado parte del ciclo medioambiental del oeste
de EE. UU., las condiciones más cálidas y secas durante periodos más largos —intercaladas
con condiciones inusualmente húmedas— se están traduciendo en incendios forestales más
frecuentes y graves. La temporada de incendios de 2021 se halla en la senda de superar la
devastación del año pasado, ya que el oeste y el noroeste de Estados Unidos se enfrentan a
una sequía y un calor sin parangón. En lo que va de año, un total de más de 40.000 incendios
forestales en 13 estados ya han quemado cerca de dos millones de hectáreas2.
Costes nunca vistos
En cierta manera, los riesgos que entraña un incendio forestal son evidentes: riesgo de pérdidas
humanas, estragos en las propiedades y destrucción de los hábitats naturales de la fauna y la
flora. En el caso de los seres humanos, no cabe duda de que el fuego puede causar pérdidas
personales catastróficas, y más estadounidenses que nunca están expuestos a este riesgo.
Según el Análisis de Riesgo de Incendios Forestales de 2019 de Verisk3, (2019 Wildfire Risk
Analysis), se identificaron 4,5 millones de hogares estadounidenses en riesgo alto o extremo de
incendio forestal, y más de dos millones se localizaron solo en California. Otra manera de
evaluar el impacto de los incendios forestales es en términos del PIB. El coste directo de los
incendios se revela importante, si bien, en materia de PIB, estos acontecimientos suelen
compensarse: la propiedad se destruye (un varapalo para el PIB), si bien esta se reconstruye
después (un bálsamo).
Entre las dificultades individuales y las repercusiones económicas más generales, los inversores
no suelen tener en cuenta otros muchos costes. Anticipar con precisión los riesgos económicos
que plantean los incendios forestales exigirá cada vez más una metodología para evaluar las
futuras pérdidas de activos físicos más allá de la superficie quemada, así como el impacto en la
sostenibilidad, la salud y la sociedad a más largo plazo.
Un factor para cada negocio
El alcance del riesgo físico de los incendios forestales para las empresas resulta muy amplio y, a buen seguro, muy costoso. El informe elaborado en 2018 por Center for Disaster Philanthropy concluyó que, a menos que se adopten medidas, 215 de las 50 compañías de mayor envergadura corrían el riesgo de perder una cifra estimada de un billón de dólares en un periodo de cinco años como consecuencia de los eventos climáticos, entre ellos, los incendios4. Habida cuenta de la mayor gravedad y frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos, más entidades se verán afectadas, lo que supone un problema financiero sustancial que puede alterar el perfil de riesgo de muchas entidades.
«Como inversores, debemos ser capaces de entender qué compañías presentan riesgos y de
reflejar estos riesgos en nuestros modelos de asignación e inversión», afirma nuestro
compañero Roger Wilkinson, Director de Análisis de Renta Variable de EMEA y de Inversión
Responsable. «No basta con evaluar el impacto directo. Tenemos que analizar la forma en la
que los efectos de los incendios forestales y otros desastres naturales afectan a distintos niveles
de la cadena de suministro».
Esto va más allá de los candidatos evidentes. La mayoría de la gente pensaría que compañías
como las de servicios públicos o las aseguradoras están asumiendo la mayor parte de los
costes, si bien eso no tiene por qué ser así. Debemos analizar cada compañía si queremos
entender la manera en la que cada una de ellas se expone al riesgo físico derivado de los
incendios, así como sus planes para mitigarlos y adaptarse a ellos. En el caso de algunas
organizaciones, el menoscabo para los activos revestirá un carácter directo, como en el caso de
las infraestructuras de red, si bien casi todas acusarán algún impacto indirecto por la
interrupción de la cadena de suministro, los cambios en la disponibilidad de recursos, el
abastecimiento, las necesidades de transporte y la seguridad de los empleados, por mencionar
algunos.
Adoptar una visión más sofisticada
Para algo como el riesgo de incendio, podemos construir modelos analíticos con nuestro equipo
de ciencia de datos. Hay fuentes de datos que nos permiten analizar 5.000 compañías con el fin
de entender los riesgos que corren en caso de incendio forestal. Las instalaciones físicas tienen
riesgos y tipos de edificios singulares, y los esfuerzos en materia de mitigación pueden marcar la
diferencia. A título de ejemplo, algunos edificios pueden encontrarse en una zona de incendios
forestales en que estos acontecen cada semana, pero la incidencia en estos edificios es
reducida o nula, lo que supondría una baja exposición al riesgo general de incendios forestales.
De igual manera, si el edificio se ubica en un lugar en el que se producen incendios forestales
con frecuencia y se quema el edificio, la exposición a ese riesgo es muy alta. Cuando se tienen
en cuenta estos niveles de exposición, se aprecia un impacto sectorial e industrial mucho mayor
de lo que cabría esperar en el caso de los incendios forestales.
Gráfico 1: Los incendios forestales plantean múltiples riesgos para las compañías,
incluso para aquellas fuera de las zonas expuestas a este riesgo

Physical loss | Pérdida física |
Supply chain disruption | Perturbaciones en la cadena de suministro |
Productivity loss | Pérdida de productividad |
Employee health | Salud de los empleados |
Fuente: Columbia Threadneedle Investments, septiembre de 2021.
La cercanía a los incendios por sí sola no determina el riesgo. En un artículo publicado en
Nature Sustainability, los autores constataron lo siguiente: «Mientras que los incendios
forestales más mortíferos (en 2018) destruyeron muchas casas y otras infraestructuras físicas, la
contaminación del aire que se desencadenó hizo estragos en la salud de las personas. Por
consiguiente, la productividad se vio reducida por causa de las enfermedades en California. La
ralentización en la producción trajo consigo efectos colaterales para las cadenas de suministro
económico en California, así como en otros 49 estados y en el extranjero».
Un asunto mundial
Los incendios forestales no se circunscriben a Estados Unidos. Tanto Australia como Siberia
están registrando nuevas temperaturas máximas y también incendios forestales, y la ola de calor
y los incendios forestales sin precedentes en Grecia a lo largo del verano podrían constituir un
presagio de lo que el sur y el centro de Europa podrían experimentar a medida que se asientan
los efectos del cambio climático. Los riesgos para las empresas y los mercados que se derivan
de los incendios forestales se están tornando, sin lugar a dudas, en un problema mundial, que
complica aún más la determinación del impacto. Ahora más que nunca, se precisa un enfoque
exhaustivo respecto de los riesgos y una manera de aplicarlo a las evaluaciones de los sectores
y las compañías.
Un número creciente de compañías reconoce la realidad de las amenazas persistentes de
incendios forestales y ha comenzado a examinar e informar sobre su exposición al riesgo y sus
planes de mitigación. Varias docenas de compañías del S&P 500, entre las que cabe destacar
compañías inmobiliarias, de hostelería y de alimentación y bebidas, incluyen ahora información
sobre el riesgo de incendios forestales en su presentación de los formularios 10-K. Esta cifra
supera el dato de un único dígito de hace una década, y puede que siga aumentando a medida
que más inversores exijan una mayor transparencia sobre los factores de riesgo ambientales,
sociales y de gobierno corporativo (ASG)5.
Conclusión para los inversores
Los crecientes riesgos para las firmas y la economía derivados de los incendios forestales y
otros impactos ambientales provocados por el cambio climático, como las inundaciones, el calor
excesivo y las tormentas violentas, no van a desaparecer, y lo más probable es que se
intensifiquen. Los inversores deben aprovechar las herramientas de investigación y análisis
apropiadas con el fin de determinar los efectos en sus inversiones y asignaciones. Nuestro
equipo de inversión responsable examina de manera continua los riesgos de factores
medioambientales como los incendios forestales en las compañías en las que invertimos,
análisis que se integran en nuestro proceso de inversión fundamental.